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Los bomberos rescatando el cadaver |
Hoy me ha llegado la noticia de la muerte de Mario Bergeron, un arqueólogo canadiense de 55 años, que falleció el pasado 15 de diciembre en una excavación urbana en Montreal.
Una vez mas la falta de medidas de seguridad tanto de la empresa de arqueología, como de la constructora y de la ingeniería, fueron la mezcla que motivó el fallecimiento.
La seguridad en las excavaciones, en ocasiones, brilla por su ausencia, y parece ser que sólo la amenaza de una multa puede disuadir «a quien corresponda» de instalar las medidas de seguridad.
Los arqueólogos debemos exigir esas medidas, tanto de protección colectiva, como individual, y si no las pone nadie, o bien denunciarlo, o bien ponerlas nosotros, pero no jugarnos la vida en nuestro trabajo.
Y no estaría tampoco mal, que bien en las universidades, o bien en las excavaciones de verano, se dieran algunas nociones del tema. Si alguien quiere dedicarse a la arqueología como profesión (los dioses le pillen confesado), que sepa los riesgos a los que se enfrenta y cómo paliarlos.
Se puede empezar con unos consejos básicos Health and Safety: A basic guide o también Dangerous Places: Health, Safety, and Archaeology entre otras publicaciones