Esta entrada es un poco a modo de reflexión, nada que ver con las últimas que han sido eminentemente prácticas.

El tema me viene dado por que recientemente actualicé mi sistema operativo al nuevo Debian 12. He de decir que lo que voy a contar a continuación es una versión totalmente subjetiva. Otros usarios puede que no tengan los mismos problemas que he tenido yo, debido a la configuración de sus equipos, por lo tanto no es comprable o extrapolable a otras situaciones.
Desde el primer momento las cosas no fueron bien. Tras dos intentos de instalar Debian 12 desde cero, es decir, en una instalación completa en el ordenador, al terminar la instalación y llegar a la ventada de login, se observaban unos parpadeos que no eran normales. Como digo en dos ocasiones me pasó esto. Cosa que atribuí a algo de la tarjeta gráfica (a ver, no sé de informática, yo el ordenador lo uso para trabajar y quiero que las cosas funcionen). Intenté en vano instalar el nvidia-driver que tan bien me funcionó en Debian 11, pero no, salía un mensaje de no se qué con el nuevo Kernel, y que si quieres arroz Catalina.
Al día siguiente, reinstalé Debian 11, con su copia de seguridad realizada previamente con la fabulosa herramienta de «Respaldos» (Déjà Dup) y todo perfecto. Bien, a partir de aquí intenté actualizar a Debian 12, y de momento todo parecía funcionar bien, por lo menos la pantalla se veía como se tenía que ver.
Sin embargo los problemas aparecieron por otros lados, errores al intentar configurar el escaner, y eso que instalé el plugin oficial de Epson. A ver, funcionar funciona, a la tercera vez que abres el programa o si apagas y enciendes el escaner un par de veces, funcionar, funciona, pero así no son las cosas. Algún problemilla menor con algún dispositivo bluetooth, pero que se pudo solucionar satisfactoriamente, y bueno, bien, ahí anda Debian 12, un poco renqueante.
Tras unos pocos días de uso, pensé que si realmente merecía la pena, tener que andar enciendo y apagando el escaner o haciendo alguna otra cosa para poder trabajar, y no, realmente no merece la pena. Hay gente que va pasando de distribución de linux como quien va saltando por las piedras en un estanque, pero para los que usamos el ordenador día a día para trabajar, no podemos andarnos con esas zarandajas. Hemos de buscar una distribución que funcione, que se puedan instalar los programas que necesitamos, y punto pelota. Que si el fondo es así o asá da lo mismo, ya pondremos una foto bonita. Que si los iconos, que si esto que si lo otro…

Entonces me vino a la cabeza aquella frase de «si funciona, no lo toques» y mira, de momento a mi lo que me funciona es Debian 11.7.0 y ahí ve he vuelto. De momento todo hace lo que tiene que hacer, y eso es lo que necesito de una computadora.
Por eso la reflexión de que no hace falta estar a la última en sistemas operativos, o en programas, o en otro tipo de cosas (teléfonos móviles, cámaras de fotos, etc). Mientras funcione y no existan grandes diferencias con lo mas nuevo, y de verdad, pocas veces existe ese salto tan abismal (bueno sí, de windows 3.11 a windows 95, eran otros tiempos).