Esta entrada es una pequeña reflexión sobre el pasado y presente del trabajo en arqueología.

Hoy me dio por volver a mirar una pestaña que tenía en el navegador, donde durante un tiempo fui añadiendo empresas y profesionales que trabajasen en arqueología. De todos se aprende e incluso se hacen amistades, lo de la competencia se lo dejamos a las grandes empresas, lo nuestro es más autoempleo.

En esa carpeta tenía unos 100 enlaces, 98 para ser exactos. Le di a abrir todos y claro, el panorama fue desolador. Muchas páginas web ya no existían, otras llevaban ahí ancladas en mitad del ciberespacio durante lustros, y otras afortunadamente aún seguían y su diseño se ha ido adaptando a las modas que marcan las páginas web.

Para haceros una idea, el 75% de mis enlaces estaban inoperativos o sin actualizarse desde hacía varios años. No hay una única causa para esto, más bien es una suma de factores, y estando en una economía como la que estamos en el mundo occidental, pues entra dentro de la normalidad que unas empresas desaparezcan y otras se creen de nuevo.

Un denominador común en muchas de las que quedan hoy en día, es la expresión, «llevamos más de 20 años …» o similares, (me incluyo en este grupo), es decir, la gente que empezamos allá por finales de los noventa y por los que casi nadie daba un duro, a veces ni nosotros mismos, pero ahí seguimos.

Otra de las cosas que muchas páginas tienen en común es el concepto de «tenemos los mejores especialistas …» o en algunas «somos un equipo joven …» Bueno, supongo que son cosas que hay que poner, pero en verdad los clientes lo que quieren es rapidez y economía. Si eres joven o no, si tienes un máster, dos o cero, les da igual, pero bien, entiendo que se ponga.

Pues eso, «Que veinte años no es nada / Que febril la mirada / Errante en las sombras, te busca y te nombra».

Suerte